miércoles, 7 de marzo de 2018

La Gran Mezquita, el Taj Mahal emiratí


Su visión ya resulta majestuosa desde la distancia cuando se empiezan a apreciar los cuatro minaretes de 100 metros de altura clavándose en el cielo, pero deslumbra mucho más al acercarse a la distancia corta. Esta joya monumental se llama oficialmente mezquita Sheikh Zayed bin Sultan al-Nahyan, nombre largo y complicado para los occidentales, por lo que todo el mundo la denomina la Gran Mezquita de Abu Dhabi. Sheikh Zayed es considerado el padre de los Emiratos Árabes Unidos y a él se debe la construcción de esta maravilla arquitectónica.

El 6 de agosto de 1966, Sheikh Zayed fue proclamado Emir de Abu Dhabi y presidente de los Emiratos Árabes Unidos. El gran objetivo que se planteó desde ese mismo día fue el de invertir el producto de la inmensa riqueza petrolífera en todo lo que favoreciese el despegue hacia la modernidad y un desarrollo para el país, a partir de cuyo momento las toscas viviendas tradicionales de barro empezaron a convertirse en grandes rascacielos de hormigón, acero y vidrio gracias a los cuantiosos ingresos procedentes del petróleo. Con estas premisas y sin límite de presupuesto, se ha logrado un resultado final verdaderamente admirable, una auténtica maravilla que sorprende por su belleza y su solemnidad.

En el año 1995 empezó a gestarse el gran proyecto para materializar su sueño de construir una mezquita que sorprendiese al mundo y cuya solemnidad se convirtiese en todo un símbolo nacional, en el que quedase representanda la apertura del Islam al mundo. Aunque por desgracia Sheikh Zayed no pudo ver rematado su sueño, ya que tras cuarenta años de gobierno falleció en 2004, tres años antes de que se diese por finalizada la obra, su hijo, el jeque Jalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahayan, decidió que el nombre de este inmenso templo haría honor a su padre y fundador. En el exterior de la Gran Sala de oración se encuentra su tumba, donde se recitan versos del Corán las 24 horas del día, todos los días del año. 


A pesar de su corta vida algunos ya han querido compararla con el Taj Mahal. Cierto es que resulta cuando menos aventurado tratar de emparejarla con el mausoleo indio de Agra, icono de la arquitectura mogola, pero no es descabellado pensar que en algún sentido haya servido como referencia e inspiración. Los dos se han levantado en un inmaculado mármol de color blanco, que siempre es considerado como el exponente máximo de la belleza arquitectónica y de la grandiosidad. También, la refinada estructura geométrica es común en los dos complejos y en ambos se ha realzado la belleza de los acabados con incrustaciones de piedras preciosas como el lapislázuli, la amatista, el ónix rojo, la aventurina, el nácar o las conchas de abulón que lucen incrustadas en el blanco mármol. 


La Gran Mezquita de Abu Dhabi es posiblemente uno de los templos más bellos que podamos contemplar y está considerada como la estructura de mármol más grande construida por el hombre. Han sido necesario 430 millones de euros y el esfuerzo de tres mil obreros trabajando de sol a sol durante doce años para poder concluir la obra. Abarca una superficie de cerca de 20.000 metros cuadrados y tiene capacidad para unas 40.000 personas. Aunque la sensación de uniformidad es evidente, lo cierto es que en la construcción de la misma se han utilizado hasta 28 tipos diferentes de mármol.

En apariencia, su estilo arquitectónico es el tradicional islámico, pero esconde alta tecnología en su diseño ya que la soportan unos 6000 pilares de acero de 27 metros bajo tierra. La mezquita está construida sobre una plataforma, 9 metros sobre el nivel del suelo. Nada más entrar en el recinto llama la atención el gran patio de 17.000 metros cuadrados, cubierto con losas de mármol adornadas con incrustaciones de flores de colores y rodeado de galerías con arcos en forma de herradura. Ya dentro de la mezquita uno se queda boquiabierto con las siete gigantescas lámparas de cristal, la más grande de 10 metros de diámetro pesa 9000 kilos. Están fabricadas por Swarovski en plata y cobre y bañadas en oro. Pero, sin duda, la pieza más valiosa es la impresionante alfombra persa que cubre todo el recinto, la más grande elaborada en una sola pieza. Tiene 5627 metros cuadrados y está compuesta por más de 2200 millones de nudos.


La mezquita Sheikh Zayed se sustenta sobre una estructura de más de seis mil pilares de acero tratado para resistir la corrosión causada por la salitre del golfo. Estos pilares profundizan hasta veintisiete metros consiguiendo una estabilización adecuada del edificio además de una buena resistencia sísmica. Sobre ellos una inmensa estructura conformada por miles de metros cúbicos de hormigón reforzados con treinta mil toneladas de acero, totalmente cubiertos por losas de mármol de Carrara, extraído de las canteras cerca de Pietrasanta, en Italia, conocido como uno de los mármoles más apreciados del mundo por su blancura, empleando un total de 120.000 m². 

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